Los tratamientos dentales son la mejor inversión que exista

Cuando hablo con dentistas, muchas veces me comunican su frustración de que muchos pacientes parecen no valorar sus servicios. Dicen que los pacientes prefieren gastar su dinero en tonterías que en su salud. 

Les digo que entiendo su frustración, pero que la culpa realmente no la tiene el paciente. 

Los pacientes no saben qué complicaciones van a tener si no se atienden a tiempo. Tú, su dentista, lo sabes. 

Sabes que si tu paciente no se pone este implante que tanto necesita, va a tener unos dolores de cuello insoportables. 

Sabes que si tu paciente no se hace este tratamiento de endodoncia que necesita, podría perder su diente… Con todas las consecuencias que conlleva para su salud, su vida social, sus relaciones y su vida laboral.

Podría darte más ejemplos, pero creo que ya entendiste mi idea: El conocimiento viene con grandes responsabilidades.

Tu responsabilidad es la salud de tus pacientes. Si no logras hacerles entender que se deben de atender. Estará difícil ganarte la vida. Pero más importante, habrás fallado en tu misión de mejorar su salud.

Ahora puede ser que digas “no estudié mi carrera para volverme un vendedor o un psicólogo”. Lo entiendo perfectamente, pero si miras a tu alrededor, creo que te costará encontrar alguna profesión en la cual no hay necesidad de vender o persuadir.

Iría incluso más lejos, en la vida en general, siempre estamos vendiendo: le quieres vender a tu pareja que vean una película cómica en vez de un documental en Netflix.

Tienes que convencer a tus hijos que deberían de comprar una marca de cereales sin azúcar en vez de Froot Loops. Tienes que convencer a tu papá que se tome su medicina contra la hipertensión, etc.

Lo que no quieres es ser como el vendedor de coches usados que utiliza técnicas poco honestas para convencerte.  Para liberarte de esta percepción negativa que muchos tienen, podemos cambiar la palabra “vender” a “aumentar tu tasa de aceptación de tratamientos”. 

Todo acto de persuasión se debe de realizar con ética. Debes persuadir con la verdad y con hechos.

 

Te doy un ejemplo: Digamos que tu pareja, por alguna razón, no cree en la medicina moderna. Prefiere las alternativas naturales y las plantas. Algún día tu pareja se enferma de cáncer y como estamos en el año 2040, la cura para el cáncer ya existe. Único detalle: no es un remedio natural, está hecho en laboratorios y tu pareja se rechaza a tomarlo.

Aunque todas las pruebas muestran que es eficaz y sin efectos secundarios. 

 

Te pregunto: en una situación así, ¿Tratarías de convencer tu esposo/a a toda costa?

¿No tratarías de exponerle todos los hechos sobre la eficiencia de la cura?

¿No tratarías de decirle que si te deja atrás con los 2 niños, te hará la vida muy difícil?

¿No tratarías de decirle que si se cura todavía podrá disfrutar de la vida al máximo, ir a pasear en el bosque, comer sus platillos favoritos, ver crecer a sus hijos?, etc. 

 

Me imagino que respondiste que sí a estas últimas preguntas. Entonces, no hay razón para que tomes la venta de tus tratamientos dentales de manera diferente.

Quizás no sea cuestión de vida o muerte, pero un tratamiento dental hace una enorme diferencia en la vida de un paciente.

Sea un tratamiento estético, ortodoncia, implantes, endodoncia, el resultado es el mismo. Mejoras de mucho la salud, autoestima y calidad de vida de tus pacientes. 

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